Este libro es y no es sobre yoga. Mientras a nivel global crece la tendencia a la patologización y medicalización de la vida, los actores sociales recurren a una diversidad de técnicas, disciplinas y terapias en las que el cuerpo adquiere un lugar protagónico. En nuestro país, la creciente visibilidad social y mediática de variados tipos de yoga y meditación es fomentada por distintos actores del campo espiritual y de la salud en una retórica del bienestar. Especialmente en contextos de crisis, como la del 2001 o la Pandemia Covid-19, se enfatizan sus beneficios para afrontar aflicciones de origen social como el estrés. Lejos de las explicaciones reduccionistas que buscan ligar estas prácticas a fines individualistas, la etnografía muestra que, para los practicantes de yoga y meditación, el bienestar subjetivo está socialmente situado y culturalmente mediado. Se trata de una experiencia corporizada que requiere ser performatizada (ritualizada y re-iterada). Además, por medio de una serie de discursos y técnicas, los sujetos desarrollan una conciencia desde el cuerpo que, a largo plazo, impacta en sus maneras de ser y estar con otros. Las performances de yoga constituyen entonces un locus privilegiado en el que explorar antropológicamente las diversas nociones de salud, cuerpo y persona en nuestra sociedad actual.