El análisis crítico de María Estrella, un aporte relevante dada la escasez de estudios centrados en la narradora británica, se focaliza en dos componentes fundamentales del programa estético de Winterson: la construcción de la subjetividad mediante el lenguaje y el efecto que el arte provoca en el receptor. El recorrido de lectura abarca las novelas Fruta prohibida (1985), La Pasión (1987), Espejismos (1989), El Powerbook (2000) y La niña del faro (2005); pero también diversos ensayos del volumen Art Objects (1995), una selección de artículos periodísticos y las memorias tituladas ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal? (2011).
Las principales líneas de indagación apuntan a la cuestión de la identidad concebida como una búsqueda, al rol de la imaginación en la construcción de la subjetividad, a la fe en los vínculos comunitarios frente al escepticismo circundante, al cuestionamiento de los modelos y restricciones ligados al género sexual y, finalmente, a la función utópica que el arte cumple o puede cumplir en lo que atañe a la esfera personal y a la acción de los seres humanos en el mundo.