Quejas de una enamorada, conocido también como Querellas de una amante, es un poema aparentemente inconcluso que aparece junto con los Sonetos en la edición en Cuarto de 1609. La cuestión de la autoría no puede dejar de tocar a este complejo poema de apenas más de trescientos versos. Revelador de una sintaxis complicada, de un imaginario exigente, de un vocabulario rico y de no fácil reconocimiento, Quejas de una enamorada deja insatisfecho al lector, quien esperaría una conclusión para las lamentaciones de una muchacha seducida y abandonada, pero atraída por la figura del joven que la seduce.