Reseña
La carta es, desde la más remota antigüedad, la forma discursiva más expandida para materializar el deseo de comunicarse a distancia. La caracterización de lo epistolar ha constituido un problema y en ese estado permanece; siempre han existido dificultades para considerar la escritura de cartas como una práctica discursiva específica con un tipo peculiar de enunciados. Pero la autora sostiene que es posible reconocer un estatuto epistolar más allá de la diversidad de usos, prácticas y formatos de los que la carta es objeto. El propósito de esta obra es investigar sobre la configuración epistolar desde sus orígenes, teniendo en cuenta en este recorrido la especificidad de la escritura epistolar, para abordar su estudio desde el punto de vista discursivo.