Sergio Italo Agliano, en su muestra ¿Puertas o cuadros? ¿Espejos o ventanas?, que actualmente puede visitarse en la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de Mar del Plata, despliega un lenguaje pictórico profundamente arraigado en la abstracción, donde la interacción entre líneas y puntos superpuestos se convierte en un sistema visual que genera un dinamismo sensorial. Las capas de color que se superponen —con delicadeza pero también con una intensidad casi frenética— crean planos de profundidad que, a su vez, parecen tanto acercarse como retroceder ante la mirada del espectador, sugiriendo una espacialidad que va más allá de la mera superficie del lienzo. Estos elementos, aparentemente caóticos, son orquestados con precisión milimétrica, evocando un movimiento que desafía la quietud inherente de la pintura.
Al observar cada pieza, uno puede percibir cómo el diálogo entre las capas se torna en una suerte de vibración visual: los puntos, en sus variadas tonalidades —desde rojos intensos hasta verdes y azules más serenos—, parecen flotar sobre las líneas que se entrecruzan, produciendo un efecto óptico donde el ojo del espectador es incapaz de reposar en un solo punto, sino que es impulsado a un constante vaivén. Este movimiento, generado por la tensión entre las capas de espacios construidos por líneas y puntos, recuerda a las palabras de Georges Didi-Huberman, quien afirmaba que «el sentido de las imágenes se construye en la relación con ellas». Aquí, esa relación se experimenta como una suerte de inmersión sensorial, donde lo que inicialmente parece un plano bidimensional se expande hacia una experiencia tridimensional, casi cinética.
En este contexto, Agliano nos invita a transitar entre diferentes realidades. Los espacios creados entre las capas de color funcionan como puertas simbólicas que nos llevan de lo tangible a lo intangible, de lo visible a lo invisible. Cada plano de la obra se siente como un territorio en sí mismo, y las transiciones entre ellos evocan un flujo continuo, como si el espectador fuera arrastrado por una corriente cromática que, al mismo tiempo, le devuelve su propia imagen, transformada en sensaciones. Así, las obras se convierten en espejos que nos enfrentan a nuestra propia percepción del color, la forma y el movimiento.
El uso reiterado de puntos —cada uno distinto, pero todos interconectados por una red invisible de energía— genera una sensación de multiplicidad, donde las distintas capas dialogan entre sí, pero sin anularse. Es en esa superposición donde emerge el verdadero poder de las obras: el movimiento que se genera en los márgenes entre una capa y otra, entre una raya y un punto, es lo que crea la vida en estas piezas. Esta acumulación, lejos de saturar la vista, produce una experiencia hipnótica, en la que lo abstracto se torna profundamente emocional. Agliano consigue, a través de esta combinación de elementos, ofrecer una visión donde el espectador, al igual que en un espejo, se descubre en constante movimiento, obligado a reconsiderar su lugar frente a la obra.
Es importante destacar que la selección de las obras estuvo a cargo del reconocido artista plástico Eduardo Martin, quien ha sabido captar la esencia de la producción de Agliano, seleccionando piezas que dialogan entre sí y que permiten al espectador sumergirse en este universo visual y poético. La curaduría de Martin intenta aportar una comprensión del trabajo de Agliano, destacando las obras que mejor representan esa constante tensión entre lo geométrico y lo orgánico.
Dimensión Poética y Multidisciplinaria
Además de las pinturas, la muestra incluye una serie de fanzines y escritos del propio Agliano, que aportan una dimensión textual y poética a su obra visual. Estos textos, distribuidos a lo largo de la exposición, permiten al espectador conectar con la faceta más introspectiva del artista, ofreciendo fragmentos de pensamientos y reflexiones que complementan la narrativa visual. Los títulos de las obras, como el evocador «Ahora que vamos a intentar las mañanas entre puertas y cuadros», sugieren un uso poético del lenguaje que añade una capa adicional de significado a las piezas. Los títulos no son meras descripciones, sino puertas que abren hacia nuevas interpretaciones, donde lo que parece cotidiano se transforma en un campo de posibilidades abiertas, donde la percepción del tiempo y el espacio se diluye.
En definitiva, esta muestra no solo explora los límites del espacio pictórico, sino también los de nuestra propia percepción, presentando un juego sofisticado entre la quietud y el dinamismo, entre el caos y el control, donde las capas de color y forma nos arrastran a un viaje sensorial profundo. Una experiencia que nos enfrenta tanto al exterior como al interior, transformando cada obra en un portal hacia lo inexplorado.
Muestra: ¿Puertas o cuadros? ¿Espejos o ventanas?
Artista: Sergio italo Agliano
Curación y selección de obras: Eduardo Martín
Fecha: lunes 30 de septiembre – 11 de octubre